viernes, 24 de junio de 2011

La Capitalidad Cultural



El asunto de la capitalidad cultural europea para el año 2016 trae a parte de esta ciudad en un sinvivir del que esperamos poder salir en pocos días. Independientemente de las muchas y necesarias consideraciones a favor o en contra, estoy convencido que, a estas alturas, sería bueno e importante para la ciudad que se consiguiera. Entre muchos motivos sobradamente expuestos, aunque solo fuera por el altísimo coste que ha tenido en las políticas culturales municipales de la última legislatura.

Si se consigue, espero y confío en que el caudal de entusiasmo que se pueda generar, unido a la generosa inversión prevista, hagan que de forma paralela a las grandes acciones seamos capaces de reconducir y reordenar los "otros" asuntos importantes del cotidiano cultural. Hablo de las descuidadas y necesarias inversiones de la administración en proyectos con vocación formativa dirigidas a una ciudadanía que deseamos culta y libre para elegir y valorar las propuestas de los creadores, vengan de donde vengan. Sencillas acciones, tan necesarias como imprescindibles, que despierten la inquietud en cada uno de nosotros. Leer, tocar, pintar, cantar, contar, bailar, disfrutar, dejarnos sorprender, sorprender, valorar, respetar, admirar, pensar, escuchar, hablar, escribir, actuar, meditar, comprender, disfrutar, releer, retocar, repintar… tantas cosas que nos convierten no solo en educados espectadores sino en participantes activos del hecho cultural.

No sé si del empeño por conseguir la capitalidad europea saldremos más cultos, nadie lo sabe, pero al menos sería deseable que resultáramos más felices y orgullosos de compartir un lugar en el que se valoren las ideas, se admiren las creaciones, se respeten las diferencias y se disfrute del hecho artístico, del propio y del ajeno, antiguo o moderno, costoso o humilde, complejo o sencillo, eso sí, fruto de nuestra inquietud intelectual y no de imposiciones interesadas o simples imitaciones de paraísos codiciados e inalcanzables.
No es momento para la discusión o el reproche. No ahora. Casi todos hemos tenido tiempo para posicionarnos. El tiempo va poniendo a cada cual en su lugar. Retomo por eso a este blog que comenzó y terminó hace más de un año y en el que ya expresé mi posición.

Que Europa reparta suerte, y sepamos aprovecharla. 

jueves, 22 de abril de 2010

Sacando los libros de paseo


Tengo por costumbre, al igual que mucha gente, fechar los libros al término de la primera lectura. También acostumbro, sin razón aparente, dejar libros en lugares a los que de una forma u otra vuelvo cada cierto tiempo.

Fechado a mis efectos en 1984 y depositado desde ese momento en la casa de mi madre, ayer rescaté para mi disfrute la obra poética de Jorge Luis Borges. Por razones que no vienen hoy a cuento me dirijo directamente al Soneto del vino para leer el primero de sus cuartetos


¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa

Conjunción de los astros, en qué secreto día

Que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa

Y singular idea de inventar la alegría?

Soneto del vino (fragmento)

El otro, el mismo (1964)

Jorge Luis Borges



Mas de veinte años e incontables litros de vino después me emociona reencontrar este soneto a la inglesa, cuyo primer cuarteto es más que suficiente para reivindicar cada día, o un día de cada año, la necesidad de tener siempre un libro a mano, aunque sólo sea para festejar.

Mañana celebramos el día del libro y sobran expertos, artistas, poetas y críticos literarios con ingenio para escribir sobre ello. Estaremos atentos a sus sugerencias y compraremos, es bueno hacerlo, algún ejemplar que se ponga a tiro. Cada cual tendrá ya a estas alturas su particular manera de pasar por la fecha, si es que lo estima oportuno.


Como he leído que ciertas autoridades locales andan preocupadas por el aparente desafecto que sufre la figura de Galdós entre buena parte de la ciudadanía, me he permitido aprovechar la fecha y, con motivo del día del libro, llevar de paseo algunas criaturas de buenos amigos para que le hagan compañía y rindan merecido homenaje a la figura de don Benito junto a la escultura y frente al teatro que lleva su nombre en Las Palmas de Gran Canaria.

De manera que sin permiso de sus autores me he lanzado a la calle con “Los días de mercurio” última novela de Alexis Ravelo, recién editada, y la no tan reciente novela histórica de Carlos Álvarez “La pluma del arcángel”. Ambas, junto al mencionado recopilatorio de Borges son mi elección para el paseo público que cada libro merece en un día tan señalado.



Obra poética 1923/1977

Jorge Luis Borges

Alianza Tres / Emecé (1981)


La pluma de arcángel

Carlos Álvarez

Alfaguara (2000)


los días de mercurio (la iniquidad II)

Alexis Ravelo

Anroart Ediciones (2010)

lunes, 19 de abril de 2010

La encuesta



Hace unos días algunos ciudadanos hemos comenzado a recibir llamadas telefónicas muy cordiales solicitando unos minutos de nuestro tiempo para contestar un cuestionario sin intenciones comerciales y de gran interés para su ciudad/isla/comunidad. Temerosos y algo curiosos decidimos someternos al interrogatorio y muy pronto despejamos cualquier duda: efectivamente han llegado las encuestas pre-electorales.

Un amable cuestionario que comienza interesándose por sus preocupaciones para rápidamente preguntarle por asuntos muy variados que no suelen ser objeto principal de su interés hasta ese momento. Pasamos rápidamente de sus preocupaciones, las de usted, a sus preocupaciones, las de ellos. De repente usted es amablemente interrogado acerca de trenes, saltos de agua, grandes infraestructuras aeroportuarias y de producción energética. Una vez superado el temario general pasamos al glosario de nombres y siglas para sin tregua alguna entrar en la valoración de los actuales dirigentes y los posibles aspirantes. Nada nuevo. Rara vez dejan lugar para una reflexión al margen del cuestionario o una valoración no matemática de los personajes nombrados.

Mucho me temo que se aproxima un año movidito y sinceramente cuesta comprobar que en un mes se habrá agotado el 75% del tiempo otorgado a nuestros legítimos representantes en las entidades locales para que ejerzan su mandato.

Si habláramos de tres cuartas partes en la vida de un hombre o mujer europeo estaríamos ante una persona de unos 62 años; un perrito bien tratado de raza valiente tendría unos 11 años de vida. SI hablamos de la carrera de un estudiante de derecho, en cualquier universidad española estaría cursando cuarto curso con alguna asignatura colgada de tercero; un estudiante de medicina prepararía su ingreso como MIR en algún hospital.

Llegados aquí ha transcurrido el tiempo suficiente para que un ciudadano medio de 63 años piense en su jubilación, un estudiante de cuarto de derecho piense que quitándose Civil y Administrativo la cosa ya está casi conseguida, y el futuro MIR ya se siente médico. No sabemos a ciencia cierta lo que piensa un perro de 11 años, pero en la mayoría de los casos su comportamiento diario hace tiempo que denota cierta economía de gestos y esfuerzos.

Yo no dejo de preguntarme: ¿en qué piensan estos señores cuando encargan las encuestas?

martes, 13 de abril de 2010

Salud, República y feliz cumpleaños





Mañana, no descubro nada, recordamos el 79 aniversario de la proclamación de la II República Española. Ya me gustaría recordar en estas u otras fechas el nacimiento de la Tercera o los viejos tiempos del último Borbón, pero bastante tenemos por lo pronto con esta ilusión anual.


No seré yo quien escriba sobre la existencia a estas alturas de la monarquía como sistema político, pero quiero aprovechar este inquietante juego de lo público en el que se ha convertido este pequeño blog, para dejar constancia de mi paso por el 14 de abril.


Ese mismo día que hoy recordamos, 14 de abril de 1931, nacía en Firgas (Gran Canaria) la mas pequeña de mis tías. He oído muchas veces el relato que describe las urgencias por bautizar a la recién nacida ante la incertidumbre que el nuevo estado sembraba sobre los cultos religiosos.


Ironías de la vida, aquella niña que mañana cumplirá 79 años terminó dedicando su vida a la religión (católica) uniéndose a una congregación, eso sí de las mas progres, no sabemos si por algún espíritu especial inoculado en la urgencia bautismal o por su declarada vocación cristiana. En cualquier caso es la única fecha de mi extensa familia materna que soy capaz de recordar cada año. A la tía le guardo mucho cariño y suelo llamarla para felicitarle haciéndole siempre saber que el recordatorio y la atención se la debe a mis convicciones políticas. De su hermana la República guardo las ganas inmensas de conocerla algún día no lejano, recién nacida nuevamente, esta vez para quedarse mucho tiempo con nosotros.



Mientras tanto, con la ayuda de mi amigo Carlos, y tomando el testigo que Juan González nos regaló hace un año, me he permitido compartir con ustedes, y con los perros de la plaza de Santa Ana, esta celebración. No sabemos si el Alcalde, tan enfadado como anda con su ciudad, la habrá cerrado a estas alturas. Pero ese es un asunto para otro día menos señalado.


domingo, 11 de abril de 2010

Como suena

Lo que comenzó siendo una broma que permitía jugar con el acento canario y mi condición de músico, con el tiempo dio nombre a una empresa que nunca llegó a existir. En el camino quedaron tiendas de objetos para la vista, despachos de ilusiones independientes, risas y llantos, negocios sostenibles y sostenidos...... Asulmarino, como suena -no lo olviden al pronunciarlo- se ha colocado a empujones virtuales junto a mi nombre y suplanta impertinente y cómplice mi apellido familiar.

Hoy nombra, como no podía ser de otra forma, este primer atrevimiento público.
Es domingo mediodía y en mi ciudad hay quien sigue empeñado en ocultar las frivolidades e insuficiencias de unos políticos autonominados "conocedores culturales", tras un velo de aspiraciones a gran capital europea. Mientras movilizan ilusiones, despiertan intereses y despliegan una importante actividad muy puntual, ignoran y dejan morir estructuras educativas y culturales consolidadas, equipamientos para la lectura, agrupaciones profesionales y tantas otras cosas que evidentemente no aportan escaparate ni escenografía al sello promocional en que han convertido la actividad cultural.

Aspirar a conseguir la nominación como capital cultural europea me parece un reto ilusionante y una buena forma de activar y desarrollar proyectos que ayuden a construir una ciudad mejor. Ojalá consigan la capitalidad, a todos nos vendría muy bien, pero el precio de soportar esta forma de entender la gestión pública está suponiendo un coste muy alto para esta ciudad. Como suena.